miércoles, 21 de julio de 2010

Cañal en flor


Eran mares los cañales,
que yo contemplaba un dia
(mi barca de fantasia
bogaba sobre esos mares)

El cañal no se enguirnalda,
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espaldas de esmeralda...

Los vientos -niños perversos-
que bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos...

Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel...!

Y que triste la molienda
aunque vuele por la hacienda
de la alegria el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches, y las cañas...
¡Vierten lágrimas de miel...!

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